Enferma....Su preciosa Isabella estaba enferma. ¿Cómo había sucedido aquello sin que el pudiera hacer algo para impedirlo?; se preguntaba mirándola desecha en sus brazos como una muñeca de trapo.
Iba a luchar con ella, decidió. No permitiría que nada le sucediera, haría hasta lo imposible para sanar un poco de su dolor.
—Tienes que luchar—susurro Edward con un nudo en la garganta.—Juntos vamos a superar está prueba Isabella.
Beso sus rizos estrechándola contra su cuerpo, ahora que era consciente de la enfermedad, le parecía más frágil que antes.
¡Cómo demonios no lo noto!, se recriminó apretándola más contra su cuerpo.
—Te necesito tanto—dijo ella sollozando .—Hazme el amor, por favor. . .—pidió besando la curva de su cuello.
Edward la levanto en sus brazos y sin preámbulos la penetro fuerte y profundamente, el grito de ambos resono en toda la estancia.
—Oh amor mío, te amo tanto—musito besando su bonito rostro, al tiempo que la embestía con suavidad.
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